Ganamos o perdemos...
Hace unos dias vi en una web un titulo “paralíderes“, en donde se hablaba sobre “ganar o perder”. Teniendo ahora en cuenta que esta el Mundial de Sudafrica, suena interesante opinar algo sobre eso, sabiendo que ahora han habido varios equipos denominados favoritos como Italia, Francia, Inglaterra; esos que se piensan que van a ganar o que tienen posibilidades de llegar más arriba que otros, pero ahi estan: Eliminados. Dado, que Por otra parte están los equipos que no son favoritos, o sea que no cuentan, según los fanáticos y expertos, con las condiciones como para pasar más allá de la primera ronda, ahi estan: Uruguay y Paraguay, sudamericanos.
Quienes alguna vez hemos practicado fútbol y lo vemos como un deporte apasionante, tenemos presente que existen países más futbolizados que otros. Es el caso de Brasil, Argentina, España, Italia e Inglaterra, donde este deporte viene siendo el deporte rey. Es ahí donde se juegan las ligas más importantes del mundo pelotero; de ellas conocemos a equipos tan famosos como River Plate, Flamengo, Manchester United, Arsenal, Bayern München, Juventus, Barcelona, y muchos otros que faltaria espacio para nombralos.
Ganar o perder son parte nata del deporte, participar en el deporte siempre implica involucrarse en una actividad competitiva que nos hace ganadores o perdedores. Nos encontramos en un ambiente donde se miden uno contra otro, donde uno busca superar al otro, donde hay triunfadores y derrotados. Segun lo que lei en la web que mencione podemos ver estos puntos para referir nuestras actitudes referentes a ganar y perder:
1. COMPETIR DE TODO CORAZON, CON EXCELENCIA.
Se puede y se debe hacer deporte con todo el corazón, entregando lo mejor de si mismo, con entusiasmo; con alma, corazon y vida como dice la cancion. Si vemos esto desde el punto de vista religioso se puede decir que el que tiene FE hace del deporte una parte de su vida, vive el momento para agradar no sólo a la hinchada, ni tampoco a él mismo sino a Dios. Es claro observar en lo primero que muchos futbolistas hacen al ingresar al campo de juego: persignarse. Recuerdo un partido de futbol de la selección de Brasil cuando gano una copa, los futbolistas formaron una ronda en el campo de juego ante la atenta mirada de los fanaticos, para dar gracias a Jesús. Tenian camisetas que decían “Jesús, te amo”. En el fondo lo que hacían los jugadores brasileros, en ese momento, emotivamente reunidos, no era sólo agradecer el haber ganado la copa, sino dar gracias y ofrecer esa copa ganada a Dios.
2.COMPETIR PARA CRECER EN EL CARÁCTER.
El deporte debería ser una herramienta para ir desarrollando ciertas cualidades, para ir aprendiendo determinadas lecciones tanto al ganar como al perder. Algunos elementos del carácter que se desarrollan con un triunfo: humildad, disciplina, bondad, etc. Ciertas cualidades se adquieren frente a una derrota tales como paz, autodominio, paciencia, etc. La actividad competitiva, en general, nos ofrece las circunstancias para emplear todas nuestras fuerzas hacia el crecimiento del Fruto del Espíritu, la perseverancia y la integridad.
3.COMPETIR CON LA PERSPECTIVA ETERNA.
El deporte brinda además la gran posibilidad de tener una perspectiva más amplia que la de ganar, perder o competir. Se debe ser maduro de tal manera que sea posible ver más allá de los resultados inmediatos.
Podemos decir que somos jugadores en primer lugar en el "Juego de la Vida" y nuestra participación en el deporte es una parte de esta gran competencia eterna. Si vale esforzarnos por ganar en cada juego y mucho más en el Juego de la Vida. Allí es donde tenemos puestos los ojos. Nos esforzamos por alcanzar aquello para lo cual fuimos encomendados y para alcanzar esa meta. A veces tenemos que perder en lo deportivo, pero con la perspectiva del "Juego de la Vida", el perder significa "perder para ganar". Qué mejor que poder decir al final de la vida, "he peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he guardado la fe". Uhmm... El cristiano eleva su llamado en la competencia, viendo más allá de los valores y actitudes de este mundo para ver la pasión de Dios por las almas. Me solia pasar a veces a mi, sobretodo en partidas importantes tanto de la vida como deportivamente. Sera que en esas ocasiones nos acordamos de Dios???
Y como lei cierta vez a alguien que dijo conocer de batallas duras, “hay que saber ganar con humildad y perder con dignidad”.
Fuente: “Ganar o perder”, de Julio César Bautista.
Quienes alguna vez hemos practicado fútbol y lo vemos como un deporte apasionante, tenemos presente que existen países más futbolizados que otros. Es el caso de Brasil, Argentina, España, Italia e Inglaterra, donde este deporte viene siendo el deporte rey. Es ahí donde se juegan las ligas más importantes del mundo pelotero; de ellas conocemos a equipos tan famosos como River Plate, Flamengo, Manchester United, Arsenal, Bayern München, Juventus, Barcelona, y muchos otros que faltaria espacio para nombralos.
Ganar o perder son parte nata del deporte, participar en el deporte siempre implica involucrarse en una actividad competitiva que nos hace ganadores o perdedores. Nos encontramos en un ambiente donde se miden uno contra otro, donde uno busca superar al otro, donde hay triunfadores y derrotados. Segun lo que lei en la web que mencione podemos ver estos puntos para referir nuestras actitudes referentes a ganar y perder:
1. COMPETIR DE TODO CORAZON, CON EXCELENCIA.
Se puede y se debe hacer deporte con todo el corazón, entregando lo mejor de si mismo, con entusiasmo; con alma, corazon y vida como dice la cancion. Si vemos esto desde el punto de vista religioso se puede decir que el que tiene FE hace del deporte una parte de su vida, vive el momento para agradar no sólo a la hinchada, ni tampoco a él mismo sino a Dios. Es claro observar en lo primero que muchos futbolistas hacen al ingresar al campo de juego: persignarse. Recuerdo un partido de futbol de la selección de Brasil cuando gano una copa, los futbolistas formaron una ronda en el campo de juego ante la atenta mirada de los fanaticos, para dar gracias a Jesús. Tenian camisetas que decían “Jesús, te amo”. En el fondo lo que hacían los jugadores brasileros, en ese momento, emotivamente reunidos, no era sólo agradecer el haber ganado la copa, sino dar gracias y ofrecer esa copa ganada a Dios.
2.COMPETIR PARA CRECER EN EL CARÁCTER.
El deporte debería ser una herramienta para ir desarrollando ciertas cualidades, para ir aprendiendo determinadas lecciones tanto al ganar como al perder. Algunos elementos del carácter que se desarrollan con un triunfo: humildad, disciplina, bondad, etc. Ciertas cualidades se adquieren frente a una derrota tales como paz, autodominio, paciencia, etc. La actividad competitiva, en general, nos ofrece las circunstancias para emplear todas nuestras fuerzas hacia el crecimiento del Fruto del Espíritu, la perseverancia y la integridad.
3.COMPETIR CON LA PERSPECTIVA ETERNA.
El deporte brinda además la gran posibilidad de tener una perspectiva más amplia que la de ganar, perder o competir. Se debe ser maduro de tal manera que sea posible ver más allá de los resultados inmediatos.
Podemos decir que somos jugadores en primer lugar en el "Juego de la Vida" y nuestra participación en el deporte es una parte de esta gran competencia eterna. Si vale esforzarnos por ganar en cada juego y mucho más en el Juego de la Vida. Allí es donde tenemos puestos los ojos. Nos esforzamos por alcanzar aquello para lo cual fuimos encomendados y para alcanzar esa meta. A veces tenemos que perder en lo deportivo, pero con la perspectiva del "Juego de la Vida", el perder significa "perder para ganar". Qué mejor que poder decir al final de la vida, "he peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he guardado la fe". Uhmm... El cristiano eleva su llamado en la competencia, viendo más allá de los valores y actitudes de este mundo para ver la pasión de Dios por las almas. Me solia pasar a veces a mi, sobretodo en partidas importantes tanto de la vida como deportivamente. Sera que en esas ocasiones nos acordamos de Dios???
Y como lei cierta vez a alguien que dijo conocer de batallas duras, “hay que saber ganar con humildad y perder con dignidad”.
Fuente: “Ganar o perder”, de Julio César Bautista.