Me engaño su apariencia
Había tanta fruta y yo,
escogí la maracuyá,
¡La más bonita!
Qué color,
¡Qué cuerpo!
Esa quiero yo,
me dije en voz baja,
¡Es la más hermosa!
Resalta entre ellas,
es exótica,
de un sabor distinto,
solo para ciertos gustos,
¡No todos sabemos apreciarla!
Pero al abrirla,
al mirar dentro de ella,
¡Qué desilusión!
Qué chasco me lleve,
no lo creía,
¡No tenía nada!
Estaba hueca,
vacía,
de balde la pinta,
me dejé llevar,
¡Me engaño su apariencia!
Tengan cuidado,
hay mucha fruta así,
qué por fuera de ven dulces,
apetitosas,
y por dentro son amargas,
insípidas,
aprendamos a mirar lo que hay dentro de cada ser humano,
y fijémonos menos en el exterior
Fuente:
Maribella
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