Piromanos de la Oscuridad

...Ves cosas y dices, ¿por qué?, pero yo sueño cosas que nunca fueron y digo, ¿por qué no?...

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Nombre: Qala Uma
Ubicación: Latinoamerica, Peru

"...LLEVAR UN ESCUDO NO SIGNIFICA QUE ERES DEBIL, SIGNIFICA QUE TIENES ALGO O ALGUIEN A QUIEN PROTEGER."

15 de mayo de 2020

LA AMISTAD EN LOS TIEMPOS DE CUARENTENA

Poco antes que inicie la cuarentena decretada por el Gobierno, mi vecino me pidió la contraseña del Wifi de mi Internet, me comento que iba a empezar a trabajar en su computador desde su casa, que así se habían organizado en su trabajo.
Se lo di porque no cuesta nada, quería "darle la mano" en esta dura temporada de cuarentena y porque me llevo bien con él y yo valoraba mucho eso.
Dado el tiempo, para ser casi exacto después de unos meses de haber empezado la cuarentena, volvía a casa luego de una ardua faena de trabajo, esta semana me había tocado horario nocturno, puesto que soy militar, al ir llegando a casa veo que mi vecino estaba en la puerta de su casa. Me detuve a una distancia prudencial, y conversamos amenamente un poco como de costumbre, dialogábamos sobre esta crisis que se vivía en el país, sobre la cuarentena y lo difícil que era sobrellevarla en todos los aspectos, para cuando en eso me dijo que felizmente ahora él tiene Netflix y se entretiene mucho con su esposa. Luego, bromeando le dije: «He estado trabajando sin descanso, llego muy agotado muchas veces y apenas ni tengo tiempo para mirar televisión, prácticamente mi televisor lo tengo de adorno, pero me han comentado que es genial eso del Netflix, quizás me prestas la contraseña para ver alguna serie o película».
Entonces su esposa, que estaba regando su jardín dijo: «No podemos dárselo, porque yo soy quien paga y no se puede compartir».
¡Reinó un silencio total!
Mi vecino algo incomodo se disculpó en voz baja y le respondí que no había problema, aunque debo decir que si me sorprendió mucho esa respuesta y me causo cierta pena y decepción, pero bueno, seguimos hablando de otras cosas y finalmente entré en mi casa.
A unos pocos días, ya había llegado fin de mes, me habían dado el día libre y aproveche para hacer mis balances de mes y ya luego de haber terminado, observaba la media mañana desde el balcón de mi casa tomando una deliciosa taza de café cargado, mi vecino regaba su jardín y luego vi que la esposa de mi vecino salió a llamarlo, luciendo mucha molestia, casi gritando que la televisión no estaba funcionando. Ingresaron a su casa y después de unos minutos, mi vecino y su esposa se acercaron a mi puerta a decirme que la red no funcionaba, que la contraseña no ingresaba al Wifi del Internet... Los miré y les dije: «Ayer llegue de trabajar y pues cambié la contraseña, porque yo soy quien paga y no es para compartir».
La esposa se puso "roja" e intentó discutir, pero le dije: «Con todo respeto distinguida Señora, tengo mi Internet y usted tiene su Netflix, todo está bien y todos están felices». Se regresaron a su casa y cerraron golpeando fuerte la puerta de su casa. Me sentí un poco mal, pero pienso que era lo justo. En fin, nunca me volvieron a hablar. 🤷‍♂️


La lección que aprendí de ella:
- La amistad tiene que ser recíproca.
- El amor tiene que ser recíproco.
- El apoyo tiene que ser recíproco.
- El afecto tiene que ser recíproco.
A partir de hoy tengo la intención de devolver silencio con silencio, ausencias con ausencias, afecto con afecto, amistad con amistad y lealtad con lealtad.
No más vivir sentimientos unidireccionales.
Los sentimientos tienen que ser bidireccionales.
Las cosas como son.
Basta de ser la persona que siempre dá y nunca recibe.
Saludo a quien me saluda.
Ayudo a quien realmente me ayuda.