Piromanos de la Oscuridad

...Ves cosas y dices, ¿por qué?, pero yo sueño cosas que nunca fueron y digo, ¿por qué no?...

Mi foto
Nombre: Qala Uma
Ubicación: Latinoamerica, Peru

"...LLEVAR UN ESCUDO NO SIGNIFICA QUE ERES DEBIL, SIGNIFICA QUE TIENES ALGO O ALGUIEN A QUIEN PROTEGER."

5 de junio de 2022

SINDROME DE DOÑA FLORINDA



Cuando en 1973 Roberto Gómez Bolaños (Chespirito) creó la serie de humor "El Chavo del ocho" no imaginó que su personaje Doña Florinda iba a dar pie a uno de los tres síndromes que infectan al pueblo trabajador de América Latina.

Y porqué no, en el mundo entero.

El síndrome de Doña Florinda. Acuñado por Rafael Ton, que escribió un libro con ese título.

Los doña Florinda o don Florindo son las personas pobres que odian o desprecian a sus pares. Es decir a sus vecinos o gente de su clase social.

Los doña Florinda no son de clase media... son pobres. Algunos de ellos (ellas) viven en barrios de clase media para creerse lo que no son.

Todos en la vecindad del Chavo del ocho eran pobres. Porque todos ellos eran dueños de nada. 

No tenían casa propia y debían pagar mes a mes el derecho a un techo a un obeso recaudador llamado don Barriga.

Doña Florinda era tan pobre como todos, excepto por una pensión que le dejó don Federico (el papá de Quico) un marino mercante que se perdió en alta mar.

Con esa pensión pagaba religiosamente la renta y mantenía muy limpio y elegante a Quico en su traje de marinerito. 

Además de comprarle todos los juguetes y caramelos que a Quico se le antojaban.

Mientras lo miraba el Chavo... siempre con hambre.

Como detestaba a sus vecinos, doña Florinda andaba siempre enojada. Con una mueca en el rostro, como oliendo caca.

Sólo sonreía cuando aparecía el profesor Jirafales, con un humilde ramo de rosas. 

El maestro longaniza también era pobre. Cobraba el salario mensual de un profesor de la educación pública.

Como odian a los de su clase los doña Florinda votan a la derecha... o a los intereses de la derecha.

Putean cuando escuchan la palabra socialismo o populismo, mientras le meten más papas a la olla para hacer rendir el guiso.

Repiten como loros "no queremos ser Venezuela". Como si vivieran en Manhattan o el Principado de Mónaco.

Y no se juntan con la chusma.

Aunque doña Florinda colgaba sus calzones en el mismo tendal donde don Ramón colgaba sus calzoncillos.

Los tres síndromes que infectan la clase obrera y trabajadora son:

El síndrome del Tío Tom.

El síndrome de doña Florinda.

Y el síndrome de Stephen Candie. (el peor de todos)

Demasiados síndromes están enquistados en la clase trabajadora... Para suerte de los ricos y poderosos.

Y para desgracia de tantos niños con hambre y sin futuro.

Como el Chavo del ocho.


Autor: No tengo idea, pero no soy yo 🙈

0 Comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal